La dicotomía entre lo digital y lo tangible ha marcado un punto de inflexión en el universo del branding. Tras un periodo dominado por la tecnología, las marcas están regresando a lo esencial: la conexión humana y la autenticidad. Este fenómeno, denominado “Back to Human”, no es una simple moda, sino una respuesta a la saturación digital y la creciente necesidad de reconectar con experiencias significativas y genuinas. Así lo revela el “Informe de tendencias en branding 2026” de Comuniza y Brandemia, un estudio que traza el rumbo que tomará la industria.
El informe, fruto de la colaboración entre la agencia Comuniza y la academia de formación Brandemia, subraya que las marcas han evolucionado más allá de ofrecer meras experiencias para forjar vínculos reales y profundos con sus audiencias. La clave reside en un ciclo de sentir, comprender y actuar, donde la esencia del branding se recupera al conectar sin artificios. La industria se inclina hacia la simplicidad imperceptible y la verdad emocional, priorizando la calidad del tiempo y la intensidad de la relación por encima de la cantidad de estímulos.
🚀 Volver a las Personas: Seis Claves para Conectar sin Artificios
El estudio de Comuniza y Brandemia identifica seis pilares fundamentales que están redefiniendo el branding. Estos elementos actúan como palancas para un «reset» que devuelve a las marcas su condición más humana y cercana:
- Fuera de la pantalla hay vida: La tendencia principal es la creación de los llamados «third spaces», entornos donde el valor no lo confiere la tecnología, sino la vivencia. Hablamos de flagships, pop-ups sin pantallas como la iniciativa de IA de Anthropic en Nueva York, o productos que se convierten en rituales, como el Happy Meal «Draw How You Feel» de McDonald’s que invita a los niños a expresar sus emociones. El tiempo de calidad se erige como el nuevo KPI emocional, donde la experiencia, el valor, lo sensorial, la comunidad y la creatividad son los pilares.
- Lo físico vuelve: coleccionar analógicos cotidianos: El rescate de lo tangible y la revalorización de las experiencias presenciales ganan terreno. El lanzamiento del último álbum de Rosalía con tres canciones exclusivas en su versión física, la colaboración de Armedangels y Fundación Wikipedia con un drop limitado, o el club de lectura de Dua Lipa, son ejemplos exitosos de cómo la coleccionabilidad y la sensación de pertenencia se refuerzan a través de lo físico.
- Neo-tradicionalismo: el pasado como refugio reinterpretado: La estética del pasado, desde los videojuegos retro hasta la moda noventera y dosmilera, experimenta un resurgimiento notable. Sin embargo, no se trata de una copia, sino de una reinterpretación que fusiona el legado, lo clásico y lo conocido. Marcas como Bottega Veneta, Montblanc x Wes Anderson o Under Armour demuestran cómo la nostalgia puede ser un ancla narrativa en tiempos de incertidumbre.
- Publicidad y entretenimiento: cuando la línea se difumina: Las marcas que se integran en la conversación social consiguen que la publicidad deje de ser una interrupción para convertirse en una forma de entretenimiento. IKEA con su emotiva campaña, Bosch transformando la predicción meteorológica en una branded utility, o Alpro integrando sus yogures en Operación Triunfo, son ejemplos de cómo la lealtad, la conexión, la constancia y la fidelización se construyen a través de contenidos con sentido.
- Convivencia entre humanos y automatización: la tecnología acompaña, lo humano manda: La tecnología, ya normalizada en nuestras rutinas, se complementa con la revalorización de lo humano y lo analógico. Marcas como Polaroid, con su propuesta física modernizada, OpenAI con una campaña rodada en 35 mm, o Heineken, defendiendo la vida real, reivindican la imperfección humana como un músculo competitivo, estableciendo que la tecnología acompaña, pero la esencia humana prevalece.
- Autenticidad sin filtros: abrazar la imperfección: La sociedad muestra un profundo cansancio hacia la estética aspiracional, abrazando la imperfección y abandonando los defectos que antes se ocultaban. La nueva normalidad no aspira a la perfección, sino a atreverse a ser humano. Las marcas que muestran lo real, el proceso y un storytelling identificable, humanizando su tono de voz, lograrán conectar profundamente. Se trata de aceptar la pérdida de control como una oportunidad para construir una marca honesta.
En este panorama, el branding recupera su vigor, centrándose en narrativas emocionales, códigos culturales reconocibles y contenido genuino, sin filtros artificiales. Las experiencias físicas, incluso para las marcas nativas digitales, resurgen con fuerza, decantando la balanza hacia la autenticidad y la conexión.
Para consultar el informe completo de Tendencias de Branding, puedes acceder a él a través de este enlace: Informe de Tendencias de Branding. ¡Mantente al día con las últimas novedades suscribiéndote a nuestra newsletter!