En un giro sorprendente de eventos, las empresas que se habían volcado al comercio digital durante la pandemia están volviendo a los formatos físicos. Este cambio de estrategia se debe a la necesidad de las marcas de establecer una mayor cercanía con sus clientes, añadiendo un valor adicional a su oferta.
El auge del comercio digital
La pandemia de COVID-19 ha sido un catalizador para el comercio digital, con las redes sociales desempeñando un papel crucial en este cambio. Sin embargo, a medida que el mundo se adapta a la nueva normalidad, las empresas están buscando formas de mantener la relevancia y la conexión con sus clientes.
La vuelta a la presencialidad
Contrario a lo que se podría pensar, la presencialidad está ganando terreno en el mundo empresarial. Las empresas están optando por abrir locales físicos como una estrategia de marketing para fortalecer su relación con los clientes. Este movimiento hacia la presencialidad no significa el fin del comercio digital, sino una integración de ambos formatos para ofrecer una experiencia de compra más completa.
¿Por qué la presencialidad?
La presencialidad ofrece a las empresas la oportunidad de interactuar directamente con sus clientes, lo que puede resultar en una mayor lealtad y satisfacción del cliente. Además, los locales físicos pueden actuar como un escaparate para los productos de la empresa, permitiendo a los clientes ver y probar los productos antes de comprarlos.
El futuro del comercio
El futuro del comercio parece estar en la integración de los formatos digitales y físicos. Las empresas que sean capaces de combinar con éxito ambos formatos podrán ofrecer una experiencia de compra más completa y satisfactoria para sus clientes. A medida que avanzamos hacia el futuro, es probable que veamos más empresas adoptando este enfoque híbrido.
