Shein, el gigante del comercio electrónico global, ha dado un paso audaz al anunciar la apertura de sus primeras tiendas físicas en Francia. Esta estrategia de omnicanalidad emerge en un momento crucial, donde la compañía enfrenta tanto una fuerte oposición en el país europeo como un cambio en las regulaciones de los minimis, que históricamente han beneficiado su modelo de negocio.
Shein se Lanza a la Venta Física en Francia
La incursión de Shein en el comercio minorista físico comenzará en noviembre de 2025, con la inauguración de una tienda en el sexto piso de los grandes almacenes BHV Marais en París, un lugar simbólico dado el estatus de la ciudad como capital mundial de la moda. Donald Tang, Presidente Ejecutivo de Shein, destacó la importancia de Francia en la moda, afirmando que este viaje comienza en París antes de expandirse a otras ciudades. Además de la capital, Shein tiene planes de abrir cinco tiendas adicionales en centros de Galeries Lafayette en ciudades como Dijon, Reims, Grenoble, Angers y Limoges, gestionadas a través de un acuerdo de franquicia con Société des Grands Magasins (SGM). Frédéric Merlin, presidente de SGM, ve esta alianza como una oportunidad para atraer a una clientela más joven.
Confrontación con el «Fast Fashion» y Resistencia en Francia
La decisión de Shein llega en medio de un clima de hostilidad significativa en Francia hacia su modelo de negocio de «fast fashion». Galeries Lafayette ha manifestado su desacuerdo con la apertura de tiendas Shein en sus espacios franquiciados, alegando que la marca contraviene sus valores de lujo y calidad. En un comunicado, expresaron que «Galeries Lafayette está profundamente en desacuerdo con esta decisión en lo que respecta al posicionamiento y las prácticas de esta marca de moda ultra rápida que está en contradicción con su oferta y sus valores». Además, Anne Hidalgo, alcaldesa de París, ha condenado públicamente la llegada de Shein, argumentando que es «contraria a las ambiciones ecológicas y sociales de París», que apoya el comercio local responsable y sostenible. Yann Rivoallan, director de la Fédération Francaise du Pret-a-Porter, también ha criticado a la compañía, señalando su impacto negativo en las marcas francesas.
Un Marco Regulatorio Desafiante
La resistencia a Shein no se limita a las declaraciones. Francia está impulsando una «ley anti-Shein» para contrarrestar el impacto medioambiental del fast fashion y proteger a las empresas nacionales. Este proyecto de ley ya fue aprobado por la Asamblea Nacional y el Senado y ahora espera su revisión final para garantizar su compatibilidad con la normativa de la Unión Europea. La preocupación es latente: un informe del Instituto Francés de la Moda (IFM) reveló que Amazon, Shein y Temu representaron el 24% de las ventas online de moda en Francia y el 7% del consumo total de ropa en el primer trimestre de 2025.
Además de la legislación, Shein enfrenta un escrutinio comercial considerable. Una coalición de más de 230 marcas y 16 federaciones del sector, lideradas por el Consejo de Comercio de Francia (CDCF) y la Confederación de Comercio de Francia (CCF), envió una carta abierta al Ejecutivo acusando a estas empresas de:
* Incumplir las normas europeas.
* Promocionar el consumo desmedido.
* Generar contaminación ambiental.
* Impulsar competencia «desleal».
Entre las medidas solicitadas, se encuentra el «déréférencement», que implica la eliminación de sus webs de los motores de búsqueda o marketplaces. En julio, las autoridades antimonopolio francesas multaron a Shein con 40 millones de euros por «prácticas comerciales engañosas».
Impacto de la Eliminación de los «De Minimis»
Esta expansión a tiendas físicas ocurre mientras Shein debe adaptarse a cambios cruciales en las normativas aduaneras internacionales. El modelo de negocio de Shein se ha beneficiado históricamente de las exenciones «de minimis», que permitían envíos individuales de bajo valor sin aranceles. Sin embargo, Estados Unidos ha eliminado recientemente estas exenciones para mercancías de hasta 800 dólares. En la Unión Europea, se plantea un cambio similar, con una propuesta de una tasa de 2 euros por cada paquete enviado desde fuera de la UE y valorado por debajo de 150 euros. El objetivo es regular la importación masiva de envíos de bajo valor y equilibrar la competencia entre minoristas europeos y externos.
Estos ajustes normativos castigarán uno de los pilares fundamentales de Shein, obligándola a buscar nuevas vías de crecimiento. La apuesta por la omnicanalidad y la venta física representa un cambio significativo, ya que implica asumir nuevos costes operativos como alquileres, mantenimiento de locales e inventario, abandonando la flexibilidad de su modelo bajo demanda. Shein inicia así una nueva fase en Francia, enfrentando una fuerte oposición y un entorno regulatorio más restrictivo, mientras busca consolidar su presencia a través de un modelo híbrido que combina el comercio online y físico.